A pesar de que ningún entrenador pondrá en cuestión su importancia, mi sensación es que el pase no se entrena ni tanto ni de forma tan completa y variada como se hace con otros fundamentos.
En muchos de los vídeos que podemos encontrar en Youtube sobre ejercicios de pase lo que se entrena principalmente es el pase de pecho sin oposición, una situación que muy pocas veces sucede a lo largo de un partido.
¿Podemos trabajar el pase de una forma más completa y ajustada a la realidad del juego? Por supuesto que sí. De hecho, lo que pretendo exponer hoy es una filosofía general de entrenamiento del pase que sirva a ese propósito.
Lo fácil y lo que en bastantes casos se hace es copiar algunos ejercicios más o menos vistosos y cubrir el expediente. Lo correcto, o al menos la idea que propongo, es entrenar el pase desde una perspectiva mucho más amplia, en base a la variedad de matices que conlleva.
Desde una ejecución técnica depurada, hasta su aplicación en situaciones reales de juego o el fomento de la creatividad, hay todo un abanico de posibilidades de trabajo que no debemos pasar por alto.
Aspectos a trabajar en el entrenamiento de pase
La manera que propongo para que los jugadores puedan mejorar su habilidad en el pase es integrar en los entrenamientos todas o la mayoría de las ideas que a continuación voy a exponer.
Luego será el talento, la visión, la rapidez mental o las cualidades físicas que cada uno posea lo que determine el nivel de esa mejora, porque igual que hay jugadores más dotados que otros para el manejo de balón o el tiro, lo mismo ocurre con la capacidad de pasar el balón.

Conocer y practicar todos los tipos de pase
¿Conocen tus jugadores todos los tipos de pase que hay? ¿Los practican regularmente? Me atrevo a apostar a que la respuesta es no.
Es bastante posible que los tipos de pase comunes, como el pase de pecho, el pase picado, el pase a una mano sobre bote o el pase por encima de la cabeza formen parte de su repertorio habitual y los dominen hasta cierto punto.
Pero también existen otros no tan habituales que, sin embargo, son muy importantes. El pase de beisbol o el pase en carrera por ejemplo, son tipos de pase que pueden ofrecernos una ventaja clara de anotación en contrataque y que requieren de un entrenamiento regular para que los jugadores tengan la precisión que se requiere al ejecutarlos.
O también otros más creativos, como el pase por la espalda, el pase de cuchara, el pase picado sobre dribbling a una mano, el pase picado bajo piernas o el pase sin mirar (no look pass), que son capaces de crear ventajas donde en un primer momento no parecía haberlas.
Y por último también hay otro tipo de pases, como el pase de gancho, el pocket pass o el pase a mano y media que los jugadores deben conocer y dominar para hacer frente a determinadas situaciones de juego.
Si lo que queremos es crear jugadores más completos y con más recursos técnicos, es nuestra tarea como entrenadores encargarnos de que conozcan toda esta variedad de pases y los practiquen en mayor o menor medida.
Trabajar ambas manos
El pase requiere de gran precisión, razón por la que generalmente se suele utilizar en una mayoría de casos la mano dominante. Pero trabajar el pase con la mano débil no es ninguna pérdida de tiempo.
Aunque los jugadores seguirán recurriendo a su mano más habilidosa para pasar, tener un cierto control sobre la otra les puede ayudar a solventar situaciones en las que no puedan utilizarla.
Básicamente se trata de evitar que el jugador tenga una mano inutilizable por su falta de entrenamiento con ella.
Pasa un poco lo mismo que con el tiro. No veremos a ningún jugador tirar desde lejos con ambas manos indistintamente, ya que esta es una acción que requiere de un máximo control.
Pero en finalizaciones cercanas, que no requieren tanta precisión, cualquier jugador que haya entrenado ambas manos puede lograr una bandeja con relativa facilidad.
El entrenar el pase con ambas manos no va a evitar que el jugador tienda a pasar siempre con su mejor mano, pero si se ve imposibilitado de hacerlo, tendrá más recursos para salir de la situación con éxito.
Fintas y pivotes
A lo largo de un partido un gran número de pases deben realizarse ante la oposición de los defensores, lo que exige que el jugador deba maniobrar previamente para crear una línea de pase.
Esta maniobra suele consistir en una finta para hacer creer al rival que vamos a pasar a un lugar distinto al que pretendemos hacerlo, o un pivote que nos permita mejorar el ángulo y en consecuencia, nos facilite hacer llegar el balón al compañero.
Por lo tanto, a la hora de diseñar los ejercicios de pase que vamos a incluir en la sesión, tenemos que tener siempre presente que algunos de ellos deben incluir defensa agresiva, de manera que los jugadores se acostumbren a hacer uso de estos dos recursos antes de pasar el balón.
Un ejercicio que puede ayudar en esta tarea es el que muestro a continuación. Los jugadores se dividen en dos equipos, cada uno con la camiseta de un color distinto, y solo pueden moverse dentro del área de 3 puntos.
El equipo al que se le da el balón tiene que dar 20 pases sin perder la posesión, mientras que el otro ha de tratar de recuperarlo o de que el rival pierda la bola echándola fuera de los límites de juego. Si consiguen evitar que los atacantes den los 20 pases, los defensores pasan a atacar y viceversa.

Al reducirse el espacio de juego la dificultad se incrementa, y los atacantes necesitan efectuar todo tipo de maniobras para cumplir su objetivo. Entre ellas, como es lógico, las fintas y pivotes que les permitan garantizar un pase con éxito.
Poner énfasis en la tensión del pase
Un pase blando de larga distancia nunca es un buen pase. Además de precisión, un buen pase largo requiere ejecutarse con la suficiente tensión como para que llegue a su destino con la rapidez necesaria y sin posibilidad de que un rival lo intercepte.
Sea cual sea la categoría en la que entrenemos, esta es una idea que debemos remarcar.
En equipos masculinos a partir de junior, el desarrollo físico de los jugadores les permite llevar a cabo pases duros con relativa facilidad, ya que disponen de la fuerza necesaria. Pero esto no siempre es así en el caso de equipos femeninos o de jugadores en edad cadete/infantil.
Por eso, cuando el físico no acompaña necesitamos ofrecer recursos que les permitan realizar pases tensos y precisos.
Uno de esos recursos es enseñarles a emplear el cuerpo de forma que el pase no se ejecute únicamente con la fuerza del brazo y el hombro, sino que otros grupos musculares se vean implicados.
Por ejemplo, deben entender la importancia de aprovechar la inercia de la carrera para dar pases más precisos en el contrataque.
O que cuando el balón les llega, pueden aprovechar la fase de amortiguación en la recepción del pase para tomar impulso y lanzar el balón en sentido contrario apoyándose en los músculos de la espalda, lo que confiere al balón una mayor velocidad.
Para entender a lo que me refiero nada mejor que ver a Laia Palau en acción.
Fomentar la creatividad
Un aspecto muy importante en el pase es la creatividad. Desarrollar la capacidad del jugador de ver un posible pase y/o de ejecutarlo de un modo distinto a cualquier gesto técnico estandarizado puede suponer una gran ventaja.
Pero, ¿Cómo trabajar la creatividad?
Cada uno tendrá su método. El modo en que yo lo hago es mediante un ejercicio con el que finalizo algunas sesiones y al que he bautizado «Chocolate Blanco» en honor al jugador que lo inspira, .
El ejercicio en sí no tiene mayor misterio. Se trata de un 5×5 en todo el campo, que ha de jugarse a la máxima velocidad posible y en el que todos, con independencia del puesto en el que jueguen, han de tratar de imitar el juego del famoso base cada vez que tengan el balón. Pero con la particularidad de que solo cuentan las canastas que vengan precedidas de un pase de fantasía al estilo de los que realizaba Jason Williams.
¿Qué beneficios se obtienen con este ejercicio?
Al jugarse los últimos 5 minutos de entreno y a un ritmo alto los jugadores están cansados, y lo normal es que se produzcan superioridades en ambas canastas.
Puesto que la única regla es que solo son válidas las canastas que vengan precedidas de un pase creativo, los chicos se ven obligados a decidir con rapidez qué tipo de pase creativo poner en práctica y a ejecutarlo del mejor modo posible.
Esto les exige tener velocidad mental y capacidad de improvisación, además de desafiarles a mejorar su técnica de pase por la dificultad que supone tener que realizar pases tan poco usuales como los que llevaba a cabo «Chocolate Blanco»
Y como la idea es que lo pasen bien, los jugadores no sienten ninguna presión por los posibles errores que puedan cometer y están más predispuestos a intentar cosas nuevas y diferentes.
Así que si quieres mejorar la toma de decisiones, la creatividad y la ejecución de pases a alta velocidad, te animo a que ocasionalmente incluyas «Chocolate blanco«.
Como mínimo, y esto sí te lo garantizo, acabarás el entrenamiento echando unas risas.
Insistir en los conceptos de timing y línea de pase
El pase es un trabajo de responsabilidad compartida entre pasador y receptor. Cuando un pase es interceptado no es necesariamente porque el pasador haya cometido un error, sino que en muchas ocasiones se debe a que el receptor no ha sido capaz de crear un entorno seguro para recibir el balón.
Por eso, a la hora de trabajar el pase hay que incrementar la dificultad añadiendo elementos que exijan no solo una buena ejecución de parte del pasador, sino que también involucren el trabajo necesario en cuanto a fintas o uso del cuerpo para crear líneas de pase seguras.
Además hay que insistir mucho en que una línea de pase es temporal, ya que el movimiento del defensor puede cerrarla en cualquier momento, y eso exige hacer llegar el balón al lugar indicado en el instante preciso.
El jugador debe ir asimilando poco a poco que pasar bien no es solo cuestión de técnica a la hora de hacer llegar el balón de un punto A a un punto B, sino que debe hacerlo en un periodo de tiempo muy concreto.
Por su parte, el receptor tiene que tomar conciencia de que su responsabilidad es ofrecer al compañero un espacio de seguridad al que el defensor no pueda llegar.
Un ejercicio útil para que entiendan y asimilen estos conceptos de Timing y Línea de pase es el que utiliza Travis Steele, de Xavier University, llamado «Around the horns passing«
Entrenar situaciones reales de juego
Por último, hay que entrenar el pase no solo con el objetivo de mejorar técnicamente al jugador, sino también para que nuestro juego colectivo se vea beneficiado.
Además de los ejercicios específicos que diseñemos para mejorar la capacidad de los jugadores, el pase debe entrenarse de cara a situaciones reales de juego.
Es decir, tendremos que preparar ejercicios en los que se involucren situaciones de pase que habitualmente se generan en nuestro ataque. Por ejemplo, si tenemos dentro de nuestros sistemas un Spain Pick and roll o un Hammer, habrá que trabajar los pases específicos que se emplean en dichas situaciones.
O si buscamos al poste bajo para generar juego desde allí, habrá que diseñar un ejercicio en el que éste efectúe los pases más comunes con los que tendrá que lidiar en esa situación.
Dos consejos prácticos
Para terminar quiero añadir dos consejos prácticos que ayudan a que esta filosofía de entrenamiento pueda llevarse a cabo con éxito.
Planifica y lleva un control de cómo entrenas el pase
Como has podido ver, existen muchos tipos de pase, así que si quieres que tus jugadores estén familiarizados con todos ellos no puedes dejar de incluirlos en tus entrenos. Que ellos, motu propio, se decidan a practicar pases poco habituales es bastante improbable.
Un sistema sencillo es hacer un listado de todos los tipos de pases que quieres entrenar e incluir al menos cuatro tipos de pase cada semana.
Como no todos los tipos de pase tienen el mismo grado de uso, repetirás a lo largo del año con más frecuencia aquellos que tengan una mayor aplicación en el juego, pero de este modo te aseguras de que todos los tipos de pase se trabajan a lo largo de la temporada.
Esto puedes hacerlo en tu gráfico de planificación anual para que se vea más o menos así

De este modo tienes una guía visual muy clara que te indica de un vistazo qué tipos de pase estás entrenando más, y cuales estás entrenando menos, poco o nada.
Cuando te dispongas a planificar las sesiones de entrenamiento semanal, basta con ver qué tipos de pase toca entrenar y luego integrarlos en los ejercicios correspondientes u otros modos de implementar el entrenamiento de pase.
Optimiza el tiempo
Puede que pienses que dedicar tiempo de entrenamiento a practicar pases tan poco usuales como el pase de cuchara no tiene mucho sentido. Y no te falta razón.
Pero el segundo de los consejos prácticos que quiero dar hoy está relacionado con el modo de entrenar muchos de estos pases menos frecuentes sin que te suponga emplear un tiempo específico dentro de la sesión
Además de los ejercicios, podemos trabajar el pase integrándolo en el entrenamiento de otras formas. Pondré dos ejemplos concretos. El calentamiento y los circuitos.
Nadie nos obliga a que ese periodo de activación tenga que estar relacionado con el lanzamiento a canasta, ni el único modo posible sea por medio de ruedas de entrada.
El anteriormente mencionado ejercicio de 20 pases o éste en el que los jugadores practican el pocket pass tras bloqueo directo como calentamiento, son formas de integrar el entrenamiento de pase sin que tengas que dedicar un tiempo extra.
Y además del calentamiento, los circuitos son un entorno perfecto para trabajar el pase. Ni siquiera es necesario que sean circuitos enfocados en este fundamento, basta con que a la hora de diseñar el circuito, hagas que el paso de una estación a otra contenga algún tipo de pase en lugar de usar el dribbling.
Por ejemplo, si colocas la primera estación y la última en partes opuestas del campo, los jugadores pueden hacer llegar el balón de nuevo a la posición inicial con un pase de beisbol y a continuación ir trotando hacia dicha ubicación.
Y quien dice pase de beisbol puede decir pase picado sobre bote a una mano, pase en carrera, etc. Depende de como diseñes el circuito, puedes hacer que el paso de una estación a otra contenga el tipo de pase que más te interese trabajar.
Es cierto que de este modo el número de repeticiones será mucho menor, pero puede ser una solución útil para trabajar determinados tipos de pase menos frecuentes para los que no creemos que merezca la pena dedicar tiempo específico.
Conclusión
En este artículo he tratado de hacer ver que el pase es lo suficientemente importante como para dedicarle atención más allá de unos pocos ejercicios bonitos pero con escasa utilidad práctica.
La filosofía que propongo para el entrenamiento de este fundamento incluye trabajo exhaustivo y variado, entendimiento de conceptos importantes y libertad para experimentar. Con este enfoque es como creo que se pueden conseguir jugadores más dotados para el pase.
El talento y el físico, como siempre, jugarán un papel relevante, pero nosotros como entrenadores tenemos que poner nuestro granito de arena para que esas condiciones iniciales terminen por desarrollarse. ¿Quien sabe si tienes en tus manos al próximo Luke Sikma?
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